lunes, 4 de marzo de 2024

     Buenos días, aquí os dejo la lectura comprensiva que vamos a trabajar esta semana; por favor, leer el texto con muchísima atención y si es conveniente volverlo a leer, una vez leído, en vuestro cuaderno de lengua, copiar las preguntas y responder de forma justificadas a las mismas. Sin más asunto que tratar, recibir un fuerte abrazo de vuestro maestro.


                                    APRENDER A SER HONRADOS


Juan Camborda, un muchacho de quince años, se había encontrado una billetera dentro

de una combi, a la que subió para cumplir un encargo de su padre. Él ayudaba a reparar

los zapatos en el pequeño taller que habían instalado en la puerta de su casa ¿Qué hacer

con ella? Contenía una buena suma de dinero que podía utilizar para provecho propio.

Pero el muchacho recordó todo lo que su mamá le había dicho sobre el valor de la

honradez. Especialmente vino a su memoria estas palabras: "No me importa que seamos

pobres, hijo, pero que tus manos sean limpias. Jamás dejes que se manchen con algunos

centavos que no valen gran cosa. Nunca tomes nada ajeno, porque el día que empieces a

manchar tus manos nunca más volverán a ser hermosamente blancas como son ahora".

Entonces pensó: "Esto no me pertenece. Aquí está la dirección del dueño. Iré a devolverle

su billetera".

El hombre vivía en un barrio lejano. Usando los últimos centavos que le quedaban,

Juan tomó un microbús que lo dejó cerca. Llegó hasta una casa modesta, donde tres

niñitos mal vestidos jugaban con una pelota desinflada, y una pobre

mujer lloraba mientras su esposo trataba de explicarle que no sabía

cómo había extraviado el salario de la semana.

- ¡Ahora qué comeremos! -repetía entre lágrimas la mujer.

Cuando el hombre vio el noble gesto del joven, y a la vez

lo observó modestamente vestido, le dijo:

- Realmente no tenías obligación de devolverme el

dinero. Nadie sabía que tú lo habías encontrado. Además

con él podías haberte comprado varias cosas que necesitas.

Tú no lo habías robado.

- Es cierto, señor -contestó el adolescente-,

pero yo no quería vivir con un ladrón dentro de

mí. Y ya veo que usted necesita más que yo este

dinero.

El hombre lo abrazó y conmovido hasta

las lágrimas le dijo:

- A veces yo he robado y me doy

cuenta de lo mal que hice. Cuántos niños

habrán quedado sin comer por culpa

mía, cuántas madres habrán sufrido.

Felizmente ahora tengo un trabajo honrado, y aunque no gano mucho es dinero limpio.

Pero lo más importante es que tú, que eres apenas un muchachito, me has enseñado el

valor de la honradez.

¡Nunca, te lo prometo, nunca volveré a tocar algo que no me pertenece!

Juan Camborda esa tarde tuvo que caminar casi diez kilómetros hasta su casa, pero

estaba radiante de felicidad, lleno de ese gozo que sólo sienten los corazones nobles

cuando hacen algo bueno.

La ejemplar actitud de este humilde muchacho hace pensar. Ciertamente, el que roba

vive con un ladrón dentro de sí mismo. ¿Y qué decir del que miente? ¿No vive acaso con

un engañador dentro de su alma? Y otro tanto podría afirmarse del egoísta, del orgulloso,

del envidioso, del que practica cualquier forma de maldad.


                                                    ACTIVIDADES SOBRE LA LECTURA.

I. Subraya aquellas palabras que corresponden al texto:

Juan Camborda           billetera        llanta        mercado         zapatos       señor


II. Responde adecuadamente; por favor,  la respuesta debe ser redactada de forma amplia.


¿Quién era Juan Camborda?




¿Qué pensó Juan luego de hallar la billetera?





¿Cuál fue la reacción del hombre cuando le entregó su dinero?





¿Tú hubieras hecho lo mismo que Juan? ¿por qué?





No hay comentarios:

Publicar un comentario

            Buenos días, aquí os dejo la tertulia y la lectura comprensiva que vamos a trabajar para el martes 12 de Noviembre, espero y des...